martes, 19 de mayo de 2015

Palos de la Baraja de Ambras


TÍTULO DE LA BARAJA: Baraja cortesana de cazadores (Juego de Cartas de Ambras)

Se trata de una de las tres barajas occidentales más antiguas que se conservan. Ya hice una entrada para la baraja de los cazadores flamencos, o Juego de Cartas de los Claustros. Me queda aún la más antigua, que subiré más adelante.

La baraja formaba parte de la colección del archiduque Ferdinad de Austria, conde de Tirol y biznieto del emperador Maximiliano I. La tenía en su palacio de Ambras, de ahí el nombre de la baraja. Cuando a su muerte se hizo inventario de sus bienes, se reseñó como una baraja con sabuesos, halcones, señuelos, grullas y hombres a caballo. Los palos que hoy se reconocen son los de los sabuesos, halcones, señuelos y  garzas, en lugar de grullas.  Es evidente que son garzas y no grullas, ya que el pico de las primeras es mucho mayor.

Realmente es una baraja de caza de garzas. Los halcones mataban las garzas en vuelo, los sabuesos recuperaban la pieza caída, y los señuelos atraían a los halcones una vez finalizada la caza hacia la muñeca del cazador. Como se ve, todo perfectamente hilado. A los halcones que volvían sin haber cobrado una pieza se les colocaba al cuello un cascabel, para diferenciarlos del resto, que habían resultado más eficaces. Es posible que ese cascabel, a través de alguna otra baraja, tal vez desaparecida, llegara a ser uno de los palos de la actual baraja alemana.

El palacio de Ambras, que es una obra renacentista  del siglo XVI edificado sobre un castillo del siglo X, está situado en las colinas que rodean la ciudad de Innsbruck, en Austria.  Fue la sede del poder de los condes de Andechs, lo que le otorga una gran importancia cultural e histórica. Su historia, por otra parte, está unida al archiduque Ferdinand II (1529-95), un soberano con vocación renacentista como mecenas de las artes y las ciencias. Ferdinand II fue quien reunió la magnífica colección de Ambras. Para albergarla y mostrarla al público, mandó construir en la parte inferior del castillo un museo, siguiendo lo que en su momento fueron los más avanzados criterios expositivos.

La baraja probablemente la encargó un aristócrata. El que pudiera encargarla a un afamado artista de la época, y que el tema esté relacionado con la afición real de la caza, actividad prohibida para el resto de la población, hace suponer que fue así. El artista al que se la encargó, probablemente entre 1440 y 1445, fue a un pintor de Basilea, Konrad Witz. El encargo le llegó poco antes de fallecer en 1446, lo que puede justificar que no le diera tiempo a termianrla. Konrad Witz había nacido en Alemania, en Württemberg, pero  se trasladó a vivir a Suiza, donde montó su taller. Es un representante del gótico tardío, con poca obra, lo que hizo que fuera olvidado rápidamente hasta ser redescubierto a principios del siglo XX.

Dado que la primera referencia a las barajas en Europa la hace el monje dominico, Johannes von Reheinfelden en 1377, una año después de la supuesta entrada de estos juegos desde el Oriente Medio, y dado el enorme rechazo religioso y social que suscitaron los juegos con naipes en un primer momento, esta baraja fue un encargo tempranero, lo que indica que muy rápidamente se superaron esos rechazos y el juego de cartas se convirtió en una auténtica afición.

Es una baraja única pintada a mano sobre papel, con acuarelas para los fondos y a tinta para las figuras. Para obtener el grosor necesario para un naipe se fueron pegando posteriormente varias capas de papel. En algunos casos las capas que forman los borden tapan parte del dibujo.

Como he comentado, es probable que la baraja no se terminara, incluso que no se llegara a usar, ya que no manifiesta los desgastes propios del uso. Hay figuras que claramente están a medio dibujar o colorear. Pero quizá la muestra más clara de que no está terminada es que el reverso de seis naipes no está pintado de rojo, como el resto: reina de señuelos, rey de garzas, sota de garzas, rey de halcones, reina de halcones y rey de sabuesos. En el reverso del rey de halcones aparece el boceto  a  lápiz de un fragmento de un tejido ilustrado con plumas de pavo real. Se puede decir que el único palo terminado es el de las garzas.

 
Cada palo tiene 14 naipes. Hay nueve números, que van del 1, el As, al 9. Es curioso ver cómo, con excepción del palo de los señuelos, las figuras que representan el número no están posicionadas ordenadamente como hoy en día, sino que forman parte de un paisaje o una imagen, donde perros, halcones o garzas están colocados arbitrariamente. Incluso en alguno de los naipes de sabuesos, el 8, aparece la madre con sus cachorros, por lo que los perros también cambian de tamaño. En el 9 de sabuesos, nueve perros rodean amenazadoramente a un gato. Indudablemente era un lío saber el valor del naipe porque había que ponerse a contar las figuras y sería fácil equivocarse. A cambio, los paisajes sobre los que se representan, sobre todo las garzas, son auténticas obras de arte. Probablemente, de haberse terminado el resto de naipes, los fondos de las otras cartas habrían tenido la misma calidad.

El número 10 es un estandarte con el símbolo del palo. El estandarte pasaría a ser un palo propio en las barajas suizas actuales. Después aparecen las cuatro figuras que representan la corte. Esto era típico de los naipes de Oriente Medio, donde también se representaban. Aquí son dos cortesanos el Unter, el inferior, y el Ober, el superior, como hoy en día se representan en las barajas germánicas. El Unter es el representante a la sociedad civil, el que en las barajas española, francesa o inglesa es la Sota, el Valet o el Jack. El Ober es el mercader o comerciante enriquecido, o tal vez el aristócrata. Todas estas figuras llevan sombrero, menos las del palo de sabuesos que portan armas.

Las dos últimas son la Reina y el Rey. Se ve que se han querido representar como las figuras de mayor valor al matizar más los detalles del dibujo. No llevan coronas, pero si suelen llevar sombreros lujosos o tocados cuidados. El fondo de sus naipes es completamente dorado, mientras que en el resto de naipes el dorado sólo está en el borde.

Como singularidad, todas las figuras van con caballos.

También hay varios colores asociados a cada palo. Por un lado el color del fondo de los números y del Unter y del Ober, y por otro, en las cartas cortesanas, el color de la ropa de las figuras. Así el palo de los halcones se relaciona con el azul pero los cortesanos van de rojo, el de las garzas es el azul y verde del paisaje pero con los cortesanos de amarillo, el de los sabuesos es un fondo púrpura con los cortesanos de azul y, finalmente,  el rojo con los señuelos pero con los cortesanos en verde. El color también se utiliza para enfatizar la posición social de las figuras. Las de menor rango, los Unter y los Ober, van pintadas todas ellas de un solo color, mientras que en el Rey y la Reina aparecen varios colores o matices en su vestimenta.

Los naipes son grandes e irregulares. Su dimensión va de 15,5 a 15,7 cm por 9,5 cm.

 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

PALOS: Garza, sabuesos, halcones y señuelos
AUTOR: Konrad Weitz
FECHA DE ADQUISICIÓN: 2015
LUGAR DE ADQUISICIÓN: Viena
EDICIÓN: Platnik Edition