martes, 31 de marzo de 2020

Palos de la Baraja de Juego de naipes cómicos


TÍTULO DE LA BARAJA: Juego de naipes cómicos

Las barajas infantiles también se prestan a estar en mi colección porque se suele considerar divertido hacer coincidir los palos con personajes u objetos de la infancia, de tebeos, películas de animación o juguetes. Las clásicas cartas de familias encajan también muy bien en esta categoría.

Ésta es una baraja de esa categoría que encontré en un mercadillo. Originalmente vendría en un pliego de papel y la primera labor del niño sería recortar las cartas, en este caso hecho con poca habilidad como se puede ver en las fotos, para obtener los naipes. Le he dado el nombre de Juego de naipes cómicos, porque así es como se indica en uno de los naipes, que podría ser un comodín.

Tal vez por la idea de la infancia los naipes son muy pequeñitos, de 3x5 cm, tamaño que solamente he visto en algunas barajas orientales.

Todos los naipes tienen, además del palo, alguna figurita de un niño, una niña o un pequeño animal en situaciones más o menos cómica; por eso, al ser claramente diferentes, las he mostrado todas.

Los palos, siendo originales, responden a los de la baraja española. Aunque las cartas tienen incluso los típicos cortes en la orla del naipe de la baraja española, el mazo lleva también naipes con el 8 y el 9, y algo parecido a dos comodines; todas ellas cartas que no están en la baraja española.

El primer palo es una pelota de colores, típico juguete infantil de antes y de ahora.

El segundo lamentablemente es una copa de licor. Me hubiera gustado ver en el palo una copa de broma, como las que vendían en Navidades en los puestos de artículos de inocentadas. Eran copas donde se veía un líquido en su interior pero que estaban cerradas por arriba, por lo que, cuando se iba a beber no salía nada; una broma claramente infantil e ingenua. Pero no es así, es una copa de verdad, abierta, porque se ven a algunos niños metiendo los pies en ella, como en el 4 de copas, y en otras, incluso, pescando, el 5 y el 7. Digo lamentablemente porque unir infancia con alcohol no parece lo más recomendable.

El tercer palo es una espada, y tengo que decir lo mismo. Eran muy típicas, cuando yo era niño, que se vendieran pequeñas espadas de madera, poco más que dos tablas estrechas unidas en medio. Con ellas imaginábamos batallas medievales o entre romanos y cartagineses. Pero éstas no parecen de madera. Por mucho que he mirado los naipes en todos ellos las espadas parecen metálicas, con su empuñadura y su guarda. Otro detalle que no me gusta, infancia y un arma de matar.

El cuarto palo sí se ajusta a lo que se espera de una barja infantil, es un bolo de juguete. Ese también era un regalo típico, media docena de bolos de colores y un par de pequeñas bolas para que jugásemos en el pasillo de casa. Aquí se ajusta perfectamente.

Las sotas no tienen nada de especial, pero en los 11, los caballos o el burro, en el palo de bolos de juguete es un burro, sobre los que montan los niños son aquellos que había de cartón sobe una plataforma con ruedas para poder desplazarlo. Los reyes no tienen  nada de especial.


 


PALOS: Pelotas de colores, copas, espadas y bolos de juguete
AUTOR: Desconocido
FECHA DE ADQUISICIÓN: 2008
LUGAR DE ADQUISICIÓN: Madrid
EDICIÓN: Desconocido

domingo, 22 de marzo de 2020

Palos de la Baraaja Tortosina


TÍTULO DE LA BARAJA: Las cartas tortosinas

La baraja está dedicada a la ciudad de Tolosa, y aunque no se diga explicitaste a sus fiestas, historia y tradiciones populares. Tortosa es una población situada en la provincia de Tarragona de algo más de 33 000 habitantes.

Los palos son un poco heterodoxos aunque parece que sus fiestas populares pueden ser el hilo conductor. El primer palo es una empanadilla. Se tratan de las tradicionales empanadillas de cabello de ángel, las pastissets de Tortosa.

El segundo es la Cucafera. La Cucafera es un monstruo de la mitología catalana al que se emparente, por su parecido, con los dragones. Se la representa como una tortuga con un gran caparazón, con una cabeza que parece más de cocodrilo que de tortuga; de ahí que pueda recordar a un dragón. Se utiliza para asustar a los pequeños diciendo que cada día se come tres gatos y tres niños. En algunos pueblos valencianos se la representa acompañada del dragón de San Jorge y de la tarasca, que es otro ser mitológico del sur de Francia. La Cucafera se saca delante de la procesión del Corpus, para representar  a la herejía.

Dentro de la caja de la baraja venia este romance sobre el origen de la Cucafera. He hecho una traducción más o menos ajustada del catalán, pero también más o menos libre para que se entendiera.

La traviesa Cucafera.
Glosa tortosina por Secundi Sabate Barjau (Tortosa 1963)
Historia brevemente contada de la estrambótica fiera que en Tortosa es admirada con el nombre de Cucafera.  Huyendo del mar tenebroso por el estrecho de Gibraltar se hizo hacia el mar azulado, encallando en Fangar (finca situada al sudeste de Son Maciá, en Mallorca). Vista por unos zagales, se lo hacen saber a unos pescadores que se arman con cuchillos como si fuesen gladiadores. Uno llevaba un tridente para ensartar la cabeza, pero como no la saca fuera del agua el cometido es difícil. El más viejo ordena a todos que la ataquen por detrás usado unos calabrotes (cuerda gruesa de nueve cordones trenzados de tres en tres) para que le sujeten la cabeza (capllaçat, un enmaromado o cabeza lazada, que da nombre a una fiesta popular taurina de las comarcas del sur de Cataluña y del norte de Valencia, en la que pasean a un toro con los cuernos atados con una cuerda). Le lanzaron una lazo con un nudo corredizo, acertando a la primera la agarran por la garganta.  Pero al verse atrapada dio tal embestida que apretando el nudo corredizo se estranguló enseguida.  Consternados y sin aliento se quedaron viendo a la fiera, a la que dieron el nombre de fiera cuca (Cucafera). Acordaron al momento copiarla del natural buscando a un hombre competente que la pudiera hacer igual.  Se ofreció un carpintero de ribera (artesano que construye y repara las embarcaciones de pescadores), ayudado por un mozo, a esculpir el monstruo marino, comenzando por hacer la base. Para hacer la estructura cruzaron unos listones separados un palmo como si fuesen escalones.  Cogiendo un trozo de vela, acostumbrados a carenar (reparar el casco de una embarcación), taparon con esa tela la joroba navicular.  De una cepa de olivo pretenden la cabeza modelar, pero la azuela (herramienta para desbastar la madera consistente en un hacha pequeña con una hoja curvada perpendicular al mango) se burla, no es apta para entallar (o tallar).  La cabeza de aquella bestia no consiguen esbozar, pero en ese instante un madero ven flotando cerca en mar.  Por suerte era un mascarón de la proa de una nave, exacta reproducción del exótico gallipavo. Rehicieron la pintura de aquel monstruo malcarado estilizando con soltura todo el lomo doblado. Tan pronto la tuvieron lista dieron la aprobación los autores de esa gesta por la exacta imitación. Este romance  sorprendente, descrito de forma llana, hará conocer a la gente de donde proviene la Cucafera, ese animal fabuloso que tenemos encarcelado, sacándolo bulliciosamente en las fiestas de la ciudad.

Sigo con los palos, y el tercer palo son dos instrumentos musicales juntos, típicos de muchas fiestas tradicionales españolas, un tambor y una dulzaina. La dulzaina es un instrumento musical de viento formado por un tubo ligeramente cónico de madera o metal, con siete orificios que se tapan y destapan con los dedos, como una flauta, y una embocadura con doble lengüeta de caña.

El cuarto y ultimo palo son butifarras, concretamente las butifarras negras típicas de Cataluña. La butifarra (del catalán botifarra) es un embutido fresco compuesto de carne picada de cerdo condimentada con sal, pimienta y otras especias. En la butifarra negra se combinan las carnes magras con sangre de cerdo. Es decir es una mezcla entre salchicha y morcilla.

Aunque se trata de una baraja claramente con formato español, tiene números hasta el 9, tal vez para que se pueda usar en otros juegos que necesiten esas dos cartas extras. En los naipes de número, del 1 al 9, se reproduce el palo tantas veces como indica su dígito; lo habitual. Pero las figuras tienen algo especial.

Las sotas, el naipe número 10, son payesas, campesinas catalanas, llevando en canastas los palos, concretamente las empanadillas de cabello de ángel, las cucaferas, en este caso sólo una, y las butifarras, o tocando la dulzaina.

Los caballos, el naipe número 11, son caballos de atrezo utilizados en bailes populares. El danzarín se mete en el caballo por el lugar que ocuparía la silla y utiliza sus propias piernas para moverse al son de la música. Lleva una bandera donde se representa estilizadamente el palo.

Hasta aquí algo normal, pero los reyes, los naipes con el 12, representan a algunos de los gigantes que salen en las fiestas locales. Hay dos fiestas, las Fiestas Mayores, las que se celebran la primera semana de septiembre y están dedicadas a la Virgen de la Cinta, patrona de la ciudad desde 1863, y las fiestas del Renacimiento. Estas se celebran desde 1996 y llenan de actores y espectáculos las calles de Tortosa. Mucha gente se viste de época para rememorar momentos de la historia y de la leyenda de Tortosa. Se celebran la segunda quincena de julio. Uno de los espectáculos más famosos de estas fiestas es la salida de los gigantes. La presencia de los gigantes en las fiestas populares españolas es algo absolutamente frecuente, normalmente acompañados de cabezudos. Yo recuerdo haber estado de niño en alguna de ellas corriendo delante de los cabezudos

Dos de estos gigantes están inspirados en la leyenda de Rubí y Rufolet. Se dice que llegó a Tortosa un joven caballero llamado Rufolet, individuo de una estatura descomunal. Se supone que venía a rescatar a la princesa Rubí presa de un monstruo en una cueva; todo muy normal. Un duende llamado Xaco, al que había socorrido por el camino, le ayudó a salvar a la princesa dándole acertados consejos. El monstruo que la retenía era la Cucafera, y Xaco le dijo a Rufolet que para vencerla debía cortarle la cola y las orejas, algo que hizo salvando a la princesa; por lo que vemos, ésa no era la misma Cucafera que la de la leyenda anterior. Como al poco la pareja abandono la ciudad, para recordarlos se hicieron réplicas de madera, cartón y tela, los gigantes de hoy en día, que salen todos los años el día del Corpus precediendo a  la procesión. El rey de empanadillas de cabello de ángel es la princesa Rubí y el 12 de butifarras negras es el caballero Rufolet. Popularmente se les conoce con Rubí y Rufo.

Los otros dos reyes cuentan otra historia diferente. El 12 de tambores y dulzainas representa a Nabil al-Fatah al-Siqlabi, rey taifa de Tortosa. Nabil había huido de Córdoba cuando cayó el Califato. En su huida se encontró a un hombre herido llamado Jairam, a quien curó y con quien formó un pequeño ejército con el que conquistaron las tierras de Murcia. Jairam se proclamó Rey de Taifa de aquella tierra. Tras un pequeño enfrentamiento territorial con su vecino del norte, Jairam envió a Nabil a hablar en su nombre con  Morabec, que por aquel entonces reinaba en Valencia. Allí conoció a su hermana, la bella Zoraida. Un general de Morabec llamado Modafar asesino al rey para hacerse con el poder y poder casarse con Zoraida. Nabil se fue a Tortosa a organizar un ejército con el que enfrentarse a Modafar, al que venció en una justa. Regresó a Tortosa con Zoraida y allí creo el reino de taifa de Tortosa. El gobierno de Nabil en Tortosa duró apenas dos años, momento en el que la población de Tortosa se sublevó contra él y entregó la taifa de Tortosa al- Muqtadir de Zaragoza.  El escultor Pedro Aixendri Chavarria construyo los gigantes que representan a estos dos personajes en 1957, para sustituir a los que había previamente y resultaron destruidos tras la Guerra Civil española.

Curiosamente, en el naipe 12, los reyes, no aparece el palo y hay que saber a cuál pertenecen fijándose en los cortes clásicos de la orla que llevan las baraja españolas. Ningín corte las empanadillas, un corte las cucaferas, dos cortes los tambores y dulzainas y tres cortes las butifarras.

También se pueden considerar como parte de los palos los colores, ya que hay un uso muy específico en las figuras. Son el amarillo, verde, azul y rojo. Aparece en la ropa de la payesas, en los faldones de los caballo y en parte del ropaje de los gigantes.

En su conjunto es una baraja muy bonita y original que se ajusta perfectamente al objetivo de mi colección.
 
 


PALOS: Empanadillas de cabello de ángel, cucaferas, tambores y dulzainas, y butifarras negras
AUTOR: Joan Iniesta Llop
FECHA DE ADQUISICIÓN: 2019
LUGAR DE ADQUISICIÓN: Internet 
EDICIÓN: Tortosa+, Federación de Comercio y Servicios

martes, 17 de marzo de 2020

Palos de la Baraja del Cádiz



TÍTULO DE LA BARAJA: La baraja del Cádiz



Otra de las barajas temáticas más frecuentes es la dedicada al fútbol. Ésta en particular, está dedicada al club de fútbol del Cádiz.

 El Cádiz C. F. fue fundado el 10 de septiembre de 1910 como Mirandilla F.C. En 1936 cambio a Cádiz Foot-Ball Club. Tras la Guerra Civil española, en 1940, al reanudarse la Liga se le incluyó en el Grupo V de la Segunda División. Aunque esa ha sido la categoría en la que ha permanecido más tiempo, ha estado 12 años en Primera División y 10 en Tercera, durante la década de 1945 a 1955.

 Los palos representan elementos icónicos de un partido de fútbol y de la historia del Cádiz: el balón, en ese caso con los colores amarillo y azul del Cádiz, el trofeo Ramón de Carranza, el silbato y el banderín, que yo supongo que es el del córner, porque el que usan los linieres o árbitros auxiliares es cuadrado o rectangular, pero no triangular; tampoco lo es el de saque de esquina realmente.

 Uno de los palos es el del trofeo Ramón de Carranza, que es una competición futbolística de verano muy popular y prestigiosa. En 1955 el club estaba en una situación económicamente crítica. En ese momento se buscaron fórmulas imaginativas para salir del paso, y fue entonces cuando su presidente, Ramón Cilleruelo, aprovechando la inauguración  del estadio propuso la celebración de un trofeo al que se invitaría a los clubs más potentes del momento. La idea fue bien recibida por el alcance del momento, José León de Carranza, que decidió que el trofeo llevara el nombre de su padre, el anterior alcalde. Hace años esos trofeos servían de pretemporada a los equipos, por lo que solían participar en varios de ellos. Hoy en día ya no son lo que eran porque los grandes equipos participan en extrañas liguillas en Estados Unidos o en Asia, que ya no sirven de preparación, sólo dan lugar a lesiones y provocan frustraciones, pero, eso sí, dan mucho dinero a los clubs. Este trofeo en concreto, que se celebra desde hace más de 60 años, debido a esa falta de equipos de prestigio modificó su formato en la edición de 2019, haciendo que lo celebraran equipos femeninos en lugar de los tradicionales masculinos.

 La inmensa mayoría de los naipes representan a futbolistas que en algún momento lo fueron del Cádiz. La excepción está en los reyes, de los que hablaré luego, y de tres cartas que representan a otros profesionales del equipo. Concretamente son el 5 de trofeos Ramón de Carranza, Dragoljub Milosevic, entrenador en 1980, con el que el equipo ascendió a Primera División. Víctor Espárrago, el 2 de banderines, que fue entrenador en 2004 y con el que también consiguió el ascenso a la máxima categoría. Y Antonio Tocino Ariza, “Rovira”, que está representado en el 3 de banderines, y que fue el eterno masajista del Cádiz. Las otras camisetas que llevan algunas de las figuras, y que no son la clásica del Cádiz, es porque corresponden a porteros.

 La excepción corresponde a los reyes, que representan a presidentes del club. Manuel Irigoyen Roldán es el rey de trofeos Ramón de Carranza; fue presidente del club desde 1979 hasta 1995 y participó en la ampliación de la liga de Primera División a 20 equipos, algo que hoy aún se padece, para favorecer al Cádiz y evitar que bajara. José Antonio Gutiérrez Trueba es el rey de silbatos y fue presidente de 1970 a 1975. Manuel de Diego es el rey de rey de banderines y fue presidente de 1976 a 1978; durante su presidencia el equipo ascendió a Primera. Y Antonio Muñoz Vera, que es el rey de balones y fue presidente en dos periodos, de 1995 a 1997 y de 2000 a 2010.

 La baraja aunque es de formato español, con números hasta el 7, y luego 10, 11 y 12, las cartas no llevan los cortes clásicos en los rebordes, ni se muestras tantos palos como números indica el naipe. Por el contrario tiene la mini figura del palo en los externos de la diagonal que sale desde arriba a la derecha. Como los naipes llevan la caricatura del personaje no cabe poner el número de objetos que representa al naipe y al palo.


 
 
 
 
 


 PALOS: Balones, trofeos Ramón de Carranza, silbatos y banderines
AUTOR: Paco Pérez Mesa (caricaturas) e Idea 2
FECHA DE ADQUISICIÓN: 2019
LUGAR DE ADQUISICIÓN: Internet
EDICIÓN: Naipes Comas

lunes, 9 de marzo de 2020

Palos de la Baraja El toro




TÍTULO DE LA BARAJA: El toro

  Como ya he indicado en otras entradas, un tema clásico de las barajas de palos tematizados es el mundo del toreo. Aquí tengo una nueva baraja de este género, que aporta algunos matices y alguna originalidad a la hora de seleccionar los palos con respecto a otras de mi colección.

 Parecería que en todas las barajas de formato español, As, números hasta el 7 y 10, 11 y 12 como figuras, sota, caballo y rey, estamos abocados a hacer siempre referencia a los palos clásicos, porque aunque luego se maticen o personalicen, parece necesario que aparezcan referencias explícitas a los originales.

 De hecho, en el primer palo aparecen en todas las cartas círculos dorados de fondo, referencia explícita a los oros. Sin embargo, no se queda ahí el diseño ya que sobre ellos aparecen cabezas de toro y cosos taurinos. Dado que lo que hay en el As y en las tres figuras es la cabeza de un toro he decidido darle a este palo el nombre cabezas de toro.

 En el segundo palo, en el As también aparece la clásica copa, pero tocada con un sombrero cordobés. En el resto de los naipes, incluidas las figuras, siempre aparece una copa pero el número lo da la cantidad de sombreros cordobeses que llevan. Para mí queda claro que son sombreros cordobeses.

 El tercer palo es un estoque de matar, aunque el número 10 lo que lleva es una espada de descabello. Para mí son estoques.

 El último palo tenía que hacer alguna referencia a los bastos y lo más aproximado era una de las astas del toro. Las han querido mostrar con la cabeza del toro entera, lo que en algunos casos resulta muy raro, concretamente en el caballo, el 11. En el 10, mostrando la suerte de banderillas, y en el 12 aparece de forma más natural. En general los cuatro palos se integran muy mal en el naipe que representa al caballo. En todos los números y en el As de este palo aparece en la parte inferior del naipe el capote, para dar a entender que se están toreando esas astas.

 La autora de la baraja es Ana Alonso, artista nacida en Madrid en 1972. Su trabajo siempre ha sido escultórico y recientemente de temática taurina. En la actualidad reside en Fietrasonta, Italia. Una gran cantidad de los naipes de la baraja llevan su nombre escrito a modo de firma.

 En el anverso de los naipes aparece la fecha de 2001, que se supone que es la de la edición.

 Revisando mis entradas he encontrado otra baraja también diseñada por Ana Alonso,  la Baraja taurina “Dani”, que subí el 8 de febrero de 2014. Aun siendo las dos taurinas, los palos difieren entre una y otra, y el diseño de los naipes también.




 
 


PALOS: Cabezas de toro, sombreros cordobeses, estoques y astas de toro.
AUTOR: Ana Alonso
FECHA DE ADQUISICIÓN: 2019
LUGAR DE ADQUISICIÓN: Internet
EDICIÓN: Naipes Comas para Sendero Coleccionismo