domingo, 22 de marzo de 2020

Palos de la Baraaja Tortosina


TÍTULO DE LA BARAJA: Las cartas tortosinas

La baraja está dedicada a la ciudad de Tolosa, y aunque no se diga explicitaste a sus fiestas, historia y tradiciones populares. Tortosa es una población situada en la provincia de Tarragona de algo más de 33 000 habitantes.

Los palos son un poco heterodoxos aunque parece que sus fiestas populares pueden ser el hilo conductor. El primer palo es una empanadilla. Se tratan de las tradicionales empanadillas de cabello de ángel, las pastissets de Tortosa.

El segundo es la Cucafera. La Cucafera es un monstruo de la mitología catalana al que se emparente, por su parecido, con los dragones. Se la representa como una tortuga con un gran caparazón, con una cabeza que parece más de cocodrilo que de tortuga; de ahí que pueda recordar a un dragón. Se utiliza para asustar a los pequeños diciendo que cada día se come tres gatos y tres niños. En algunos pueblos valencianos se la representa acompañada del dragón de San Jorge y de la tarasca, que es otro ser mitológico del sur de Francia. La Cucafera se saca delante de la procesión del Corpus, para representar  a la herejía.

Dentro de la caja de la baraja venia este romance sobre el origen de la Cucafera. He hecho una traducción más o menos ajustada del catalán, pero también más o menos libre para que se entendiera.

La traviesa Cucafera.
Glosa tortosina por Secundi Sabate Barjau (Tortosa 1963)
Historia brevemente contada de la estrambótica fiera que en Tortosa es admirada con el nombre de Cucafera.  Huyendo del mar tenebroso por el estrecho de Gibraltar se hizo hacia el mar azulado, encallando en Fangar (finca situada al sudeste de Son Maciá, en Mallorca). Vista por unos zagales, se lo hacen saber a unos pescadores que se arman con cuchillos como si fuesen gladiadores. Uno llevaba un tridente para ensartar la cabeza, pero como no la saca fuera del agua el cometido es difícil. El más viejo ordena a todos que la ataquen por detrás usado unos calabrotes (cuerda gruesa de nueve cordones trenzados de tres en tres) para que le sujeten la cabeza (capllaçat, un enmaromado o cabeza lazada, que da nombre a una fiesta popular taurina de las comarcas del sur de Cataluña y del norte de Valencia, en la que pasean a un toro con los cuernos atados con una cuerda). Le lanzaron una lazo con un nudo corredizo, acertando a la primera la agarran por la garganta.  Pero al verse atrapada dio tal embestida que apretando el nudo corredizo se estranguló enseguida.  Consternados y sin aliento se quedaron viendo a la fiera, a la que dieron el nombre de fiera cuca (Cucafera). Acordaron al momento copiarla del natural buscando a un hombre competente que la pudiera hacer igual.  Se ofreció un carpintero de ribera (artesano que construye y repara las embarcaciones de pescadores), ayudado por un mozo, a esculpir el monstruo marino, comenzando por hacer la base. Para hacer la estructura cruzaron unos listones separados un palmo como si fuesen escalones.  Cogiendo un trozo de vela, acostumbrados a carenar (reparar el casco de una embarcación), taparon con esa tela la joroba navicular.  De una cepa de olivo pretenden la cabeza modelar, pero la azuela (herramienta para desbastar la madera consistente en un hacha pequeña con una hoja curvada perpendicular al mango) se burla, no es apta para entallar (o tallar).  La cabeza de aquella bestia no consiguen esbozar, pero en ese instante un madero ven flotando cerca en mar.  Por suerte era un mascarón de la proa de una nave, exacta reproducción del exótico gallipavo. Rehicieron la pintura de aquel monstruo malcarado estilizando con soltura todo el lomo doblado. Tan pronto la tuvieron lista dieron la aprobación los autores de esa gesta por la exacta imitación. Este romance  sorprendente, descrito de forma llana, hará conocer a la gente de donde proviene la Cucafera, ese animal fabuloso que tenemos encarcelado, sacándolo bulliciosamente en las fiestas de la ciudad.

Sigo con los palos, y el tercer palo son dos instrumentos musicales juntos, típicos de muchas fiestas tradicionales españolas, un tambor y una dulzaina. La dulzaina es un instrumento musical de viento formado por un tubo ligeramente cónico de madera o metal, con siete orificios que se tapan y destapan con los dedos, como una flauta, y una embocadura con doble lengüeta de caña.

El cuarto y ultimo palo son butifarras, concretamente las butifarras negras típicas de Cataluña. La butifarra (del catalán botifarra) es un embutido fresco compuesto de carne picada de cerdo condimentada con sal, pimienta y otras especias. En la butifarra negra se combinan las carnes magras con sangre de cerdo. Es decir es una mezcla entre salchicha y morcilla.

Aunque se trata de una baraja claramente con formato español, tiene números hasta el 9, tal vez para que se pueda usar en otros juegos que necesiten esas dos cartas extras. En los naipes de número, del 1 al 9, se reproduce el palo tantas veces como indica su dígito; lo habitual. Pero las figuras tienen algo especial.

Las sotas, el naipe número 10, son payesas, campesinas catalanas, llevando en canastas los palos, concretamente las empanadillas de cabello de ángel, las cucaferas, en este caso sólo una, y las butifarras, o tocando la dulzaina.

Los caballos, el naipe número 11, son caballos de atrezo utilizados en bailes populares. El danzarín se mete en el caballo por el lugar que ocuparía la silla y utiliza sus propias piernas para moverse al son de la música. Lleva una bandera donde se representa estilizadamente el palo.

Hasta aquí algo normal, pero los reyes, los naipes con el 12, representan a algunos de los gigantes que salen en las fiestas locales. Hay dos fiestas, las Fiestas Mayores, las que se celebran la primera semana de septiembre y están dedicadas a la Virgen de la Cinta, patrona de la ciudad desde 1863, y las fiestas del Renacimiento. Estas se celebran desde 1996 y llenan de actores y espectáculos las calles de Tortosa. Mucha gente se viste de época para rememorar momentos de la historia y de la leyenda de Tortosa. Se celebran la segunda quincena de julio. Uno de los espectáculos más famosos de estas fiestas es la salida de los gigantes. La presencia de los gigantes en las fiestas populares españolas es algo absolutamente frecuente, normalmente acompañados de cabezudos. Yo recuerdo haber estado de niño en alguna de ellas corriendo delante de los cabezudos

Dos de estos gigantes están inspirados en la leyenda de Rubí y Rufolet. Se dice que llegó a Tortosa un joven caballero llamado Rufolet, individuo de una estatura descomunal. Se supone que venía a rescatar a la princesa Rubí presa de un monstruo en una cueva; todo muy normal. Un duende llamado Xaco, al que había socorrido por el camino, le ayudó a salvar a la princesa dándole acertados consejos. El monstruo que la retenía era la Cucafera, y Xaco le dijo a Rufolet que para vencerla debía cortarle la cola y las orejas, algo que hizo salvando a la princesa; por lo que vemos, ésa no era la misma Cucafera que la de la leyenda anterior. Como al poco la pareja abandono la ciudad, para recordarlos se hicieron réplicas de madera, cartón y tela, los gigantes de hoy en día, que salen todos los años el día del Corpus precediendo a  la procesión. El rey de empanadillas de cabello de ángel es la princesa Rubí y el 12 de butifarras negras es el caballero Rufolet. Popularmente se les conoce con Rubí y Rufo.

Los otros dos reyes cuentan otra historia diferente. El 12 de tambores y dulzainas representa a Nabil al-Fatah al-Siqlabi, rey taifa de Tortosa. Nabil había huido de Córdoba cuando cayó el Califato. En su huida se encontró a un hombre herido llamado Jairam, a quien curó y con quien formó un pequeño ejército con el que conquistaron las tierras de Murcia. Jairam se proclamó Rey de Taifa de aquella tierra. Tras un pequeño enfrentamiento territorial con su vecino del norte, Jairam envió a Nabil a hablar en su nombre con  Morabec, que por aquel entonces reinaba en Valencia. Allí conoció a su hermana, la bella Zoraida. Un general de Morabec llamado Modafar asesino al rey para hacerse con el poder y poder casarse con Zoraida. Nabil se fue a Tortosa a organizar un ejército con el que enfrentarse a Modafar, al que venció en una justa. Regresó a Tortosa con Zoraida y allí creo el reino de taifa de Tortosa. El gobierno de Nabil en Tortosa duró apenas dos años, momento en el que la población de Tortosa se sublevó contra él y entregó la taifa de Tortosa al- Muqtadir de Zaragoza.  El escultor Pedro Aixendri Chavarria construyo los gigantes que representan a estos dos personajes en 1957, para sustituir a los que había previamente y resultaron destruidos tras la Guerra Civil española.

Curiosamente, en el naipe 12, los reyes, no aparece el palo y hay que saber a cuál pertenecen fijándose en los cortes clásicos de la orla que llevan las baraja españolas. Ningín corte las empanadillas, un corte las cucaferas, dos cortes los tambores y dulzainas y tres cortes las butifarras.

También se pueden considerar como parte de los palos los colores, ya que hay un uso muy específico en las figuras. Son el amarillo, verde, azul y rojo. Aparece en la ropa de la payesas, en los faldones de los caballo y en parte del ropaje de los gigantes.

En su conjunto es una baraja muy bonita y original que se ajusta perfectamente al objetivo de mi colección.
 
 


PALOS: Empanadillas de cabello de ángel, cucaferas, tambores y dulzainas, y butifarras negras
AUTOR: Joan Iniesta Llop
FECHA DE ADQUISICIÓN: 2019
LUGAR DE ADQUISICIÓN: Internet 
EDICIÓN: Tortosa+, Federación de Comercio y Servicios

No hay comentarios:

Publicar un comentario