TITULO DE LA
BARAJA: Ganjifa mogol
Las barajas indias
deberían formar parte del grupo de barajas de palos clásicos, es decir, el
formado por la española, la francesa y la centroeuropea. Nos encontramos en
presencia de un tipo de barajas que también usan palos propios para sus juegos.
El origen de los naipes pudo
estar en Oriente, donde aparecen las referencias más antiguas, en India, China
y Japón. Por ejemplo, en este último se juega al karuta
con sus populares barajas el hanafuda
y el uta-garuta.
Algunas referencias, también
muy antiguas a juegos con naipes, se encuentran en la primitiva Persia. Allí se
originó el ganjifa o gânjaphâ, un juego de cartas
que se hizo popular posteriormente en la India durante el imperio mogol,
fundada por el rey Babur en el siglo XVI, y que duró hasta el siglo XIX. El
nombre ganjifa viene del presa ganjifeh
(گنجفه), que significa tarjeta de juego. El juego se hizo muy
popular en la corte, donde se utilizaban cartas de marfil o carey con incrustaciones
de piedras preciosas. Más adelante llegó al pueblo con materiales más
sencillos, como láminas de madera u hojas de palma.
Uno de los juegos
clásicos en India con estos naipes es el dasavatara
ganjifa, juego que utiliza una baraja con diez palos basados en las diez
reencarnaciones del dios Visnú. Aunque la primera aparición escrita del dios Visnú lo
muestra como un dios menor, según el Padma-purana,
uno de los 18 libros sagrados del hinduismo, Visnú es el dios principal de la trinidad,
es decir, el creador, el preservador y el destructor del universo simultáneamente.
Para controlar el universo se dividió a sí mismo en tres partes. Para crear dio
su parte derecha, dando lugar al dios Brahma.
Para proteger dio su parte izquierda, originando a Visnú, es decir, a sí mismo,
y por último, para destruir dividió en dos partes sus mitades, dando lugar a Shiva.
El
orden de los palos sigue a su vez el orden de las reencarnaciones o avatares de
Visnú. En esta baraja los palos no tienen el mismo valor como en las occidentales,
y su orden es muy importante. Los palos son peces (reencarnación en el rey Matsya,
en cuya historia el pez tiene un gran protagonismo), tortugas (Karma,
representado como tortuga, como tortuga/hombre o como hombre de cuatro brazos),
jabalíes (el dios Varaja), leones o mitad hombre mitad león (Narasinja, que lleva
como arma un disco), recipientes de agua o enanos o parasol (Vamaná, que es un
enano a veces representado con un parasol), hachas (Parashurama, que se representa
con un hacha), arcos y flechas o monos (Rama), vacas o medusas (Krisna, el señor
oscuro), conchas o flores (Buda) y espadas o caballos o tal vez un unicornio (el
demonio Kalki).
Hay doce naipes por
palo, las cartas de número, que va del 1 al 10, y dos
cartas de la corte, uno de un ministro o un consejero, y el otro de un rey.
Otra de las singularidades de los naipes indios es que son redondos.
La
baraja que muestro no es una dasavatara ganjifa sino una ganjifa mogol, que es una
modificación de la primera durante el periodo mogol, en la que los palos
cambian. El número de naipes por palo se mantiene en 12, pero el número de
palos cambia según el juego, pudiendo ser 8 ó 12. En este caso es una baraja de
8 palos. En esta baraja en concreto los números representan a Visnú con una
cantidad de símbolos del palo coincidente con su número.
Los palos no son muy claros,
ya que su dibujo es algo confuso. Mantiene claras referencias a los palos de la
dasavatara ganjifa, pero hay elementos
nuevos. En el primer palo se pueden ver ruedas. En uno de los naipes, el 10,
Visnú parece echar agua sobre uno de ellos, lo que hace suponer que se tratan
de ruedas hidráulicas
El siguiente palo es un
tipo de flor, probablemente una flor de loto, la representación de Buda.
El siguiente palo son
espadas, la representación de Kalki.
El siguiente palo son
monedas o tal vez los discos de Narasinja. Aquí el rey y el ministro están
junto a tigres, cuya piel cubre las caderas de Shiva.
El siguiente palo son cajas
o cofres.
El siguiente palo parecen
ser bolsas. Aquí el rey y el ministro están con dromedarios.
El siguiente palo vuelven
a ser flores, pero distintas a las anteriores, tal vez la utpala, que es otra
flor tibetana vinculada a Buda.
El último palo son sirvientes
o enanos, la representación de Vamana.
AUTOR: Anónimo
FECHA DE
ADQUISICIÓN: 2005
LUGAR DE
ADQUISICIÓN: Madrid
EDICIÓN: Reproducción de un original
del siglo XIX
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